Corazon de tiza es un queso de temporada, o mas bien de una fecha señalada.
Esa fecha es San Valentín, el 14 de febrero, supuestamente el día del amor. Fecha donde los regalos a nuestras parejas o pretendientes afloran.
Corazon de tiza es un queso de leche cruda de cabra y coagulación láctica de unos 20 días de maduración, de textura sedosa y húmeda, aunque de pasta bastante compacta debido entre otros a la acción del geotricum candidum que recubre toda su corteza, al mismo tiempo envuelta en ceniza vegetal comestible, lo que ayuda en cierta medida al secado de la pasta. El queso se desuera en saco tras el proceso de fermentación de la leche, lo que permite controlar el grado de humedad con el que se lleva al molde. Es precisamente ese control de la humedad en la pasta y el salado lo que permite al quesero controlar los desarrollo de la flora de superficie, para conseguir un tapiz de levaduras y mohos que conforman una corteza atractiva y productora de enzimas, las últimas responsables de la textura y aroma que encontramos en el queso. Notas suaves y cierta acidez de fondo, muy aromático y agradable, el sabor de la leche de cabra siempre presente, supone un aporte de intensidad y cierto picor al final. Muy persistente.
Para degustar toda la riqueza de sabores se recomienda el consumo a temperatura ambiente.